lunes, 30 de junio de 2014

La República en el horizonte

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Tras la abdicación de Juan Carlos I en su hijo, el hoy Rey Felipe VI, nuestro país ha experimentado un gran debate social en cuanto a la forma de Estado que debe existir en España: Monarquía o República.




Quienes defienden que la Jefatura del Estado debe ser un derecho hereditario se escudan en la tradición y en la estabilidad que otorga la Casa Real. A ello suman el argumento de que los españoles así lo refrendaron en 1978 con la aprobación de la Constitución. Sin duda, la situación política de esos años únicamente posibilitaba la restitución de la democracia a través de una Monarquía Parlamentaria. Así mismo, hay que decir de que ni siquiera la generación del actual Rey pudo votar dicha Constitución.

Por su parte, hay quienes con motivo de la abdicación de Juan Carlos han reclamado un referéndum más o menos inmediato, para que el pueblo español se pronuncie en torno a la continuidad de la Casa Real.

Por último, podemos encontrarnos quienes se dicen republicanos pero que están comprometidos con el Pacto Constitucional y con Institución monárquica, en aras a garantizar la convivencia democrática. Yo me pregunto, ¿existe acaso aún dicho Pacto? En mi opinión aquel Pacto caducó ya hace un tiempo.

Al Partido Popular “se le llena la boca” a la hora de hablar acerca del consenso constitucional. Quizá tenemos que recordar que de sus escasos 16 Diputados en las Cortes Constituyentes, 7 no votaron la Constitución.

Siendo un republicano convencido, creo que España no se puede acostar monárquica y amanecer republicana de la noche a la mañana. Hay que ser realista, la República de España no es viable en un corto plazo, y sinceramente, me atrevería a decir que es un gran error realizar un referéndum inmediato en el que se de a elegir entre Monarquía o República. No obstante, ello no quiere decir que debamos resignarnos, ni mucho menos. Eso sería simplemente caer en el inmovilismo, y por tanto, caer en otro error. Lo que debemos hacer es definir que modelo de República queremos para España. ¿Una presidencialista, similar a la estadounidense, en la que la Jefatura del Estado y del Gobierno recaigan en una única persona elegida directamente por los electores? ¿O preferimos el sistema semipresidencialista que tienen nuestros vecinos franceses? ¿O tal vez nos interesaría más una República Parlamentaria como tienen en Italia o Alemania, países en los que el Jefe del Estado y Presidente del país se desvincula de la acción administrativa y ejecutiva, de la cual se encarga el Primer Ministro o Jefe del Gobierno? Si no tenemos claras estas cuestiones antes, no podemos reivindicar un modelo de Estado republicano.

Así mismo, creo que hace falta mucha pedagogía a la hora de reivindicar el modelo de Estado que queremos los republicanos. No tenemos que manifestarnos únicamente en las calles o en las redes sociales, sino que tenemos que pararnos a explicar detenidamente porque creemos que España debe ser una República. Y sobre todo, no podemos caer bajo ningún concepto en la tentación de reivindicar una Tercera República con la mirada puesta en la Segunda. No nos podemos permitir el dividir a las dos Españas. El republicanismo es un modelo de Estado, y no se es más de izquierdas por el simple hecho de ser republicano. Quitémonos esa idea de la cabeza, porque sino no avanzaremos y no veremos a España vestirse de republicana. Pongamos los ojos en países de nuestro entorno pertenecientes a la Unión Europea: Francia, Alemania o Italia son los ejemplos a seguir.

La República esta en el horizonte, pero para llegar a ella tenemos que avanzar y afianzar los pasos que damos. Dejémonos de populismos, de intereses partidistas y propagandísticos, porque eso no nos hace sino retroceder. Avancemos, definamos un modelo republicano para España y expliquemos pedagógicamente las razones que nos llevan a reivindicarlo. Será entonces, y no antes, cuando estemos en condiciones de vivir en la República de España.


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